(también llamado: Arte Vínculo o Arte en Presencia Extendida)
Concepto:
No se trata de “poseer” una obra, sino de estar en relación viva con ella. Cada obra es un proceso en constante evolución, una ventana abierta a la transformación del artista y su mundo. Quien se suscribe, no compra un objeto, sino que entra en un vínculo: acompaña, sostiene, y recibe resonancias del proceso creativo como si estuviera dentro del taller, el sueño o la búsqueda del artista.
El artista sube la obra (video, sonido, imagen, instalación digital, experiencia performática grabada o en vivo).
Los demás no compran la obra, se suscriben a su existencia.
Cada suscripción es un acto de donación consciente, y a cambio se entra en una conexión exclusiva: acceso a versiones extendidas, cartas del artista, experiencias privadas o colaboraciones.
La obra puede mutar según el vínculo con quienes la acompañan.
Cada suscriptor influye en el devenir de la pieza con preguntas, sugerencias o simplemente con su energía de presencia.
No hay fin: la obra no “termina”, sigue creciendo como una planta viva.
No hay propiedad privada: hay resonancia compartida.
No hay público pasivo: todos son parte del campo simbólico.
La suscripción es emocional, no sólo económica. Podés donar dinero, o también un poema, una idea, una canción, algo que nutra la obra.
Subís un video de un ritual de pintura donde canalizás emociones del presente.
Cada persona que se suscribe recibe cada mes un nuevo fragmento, una nota de voz tuya, un objeto simbólico.
Y vos, al recibir sus comentarios, sueños o donaciones, hacés evolucionar la obra, quizás hasta incluirlos en ella.
Se forma una comunidad alrededor de una obra viva, en lugar de un producto congelado.